Un reto para las Cáritas de nuestras comunidades es el de convertirse en acogedoras, que las personas a las que atendemos no sólo sean tenidas en cuenta en sus necesidades materiales, sino que todos y cada uno de los miembros de una comunidad tiene la necesidad de ser escuchado, de tenerse en cuenta. Acompañar en su sentido más profundo significa ser compañeros de camino.
Habitualmente no nos lo piden directamente, pero cuando uno se dirige a Cáritas espera ser merecedor de confianza, se quiere depositar, compartir con alguien las propias dificultades o problemas no sólo para encontrar soluciones de forma conjunta, sino porque compartiendo aquello que nos preocupa ya nos permite sentirnos más fuertes.
Es así como se fortalecen las comunidades, cómo nos fortalecemos todos.
puntos de acogida
personas a las que hemos ayudado a cubrir las necesidades básicas